miércoles, 12 de octubre de 2016

LADIES AND GENTLEMEN: WELCOME TO VIOLENCE...

Recuerdo nítidamente la primera vez que vi "Grupo Salvaje". De noche, en la segunda cadena de TVE, en plena pre-adolescencia. Estaba con mi padre, que me miró de soslayo y, medio sonriendo, dijo: “No sé yo si deberías ver esta película, es muy violenta...”.Bendito sea, no pudo crearme más expectativas. Recuerdo disfrutar, sí, como lo hacía con todos (t-o-d-o-s) los westerns y pensar a ratos: “Pues no es para tanto”. Y entonces llegó la escena final... Y se convirtió en mi película favorita. Para siempre.


We want Angel

Uno de los elementos diferenciadores del (llamémoslo) Nuevo Western es el uso indisimulado y casi provocativo de la violencia. En el Western clásico, la muerte siempre se mostraba a rasgos generales, muy raramente en primer plano; no se contemplaba el sufrimiento, la agonía producida al recibir un balazo. Prácticamente, no se admite la realidad de la muerte. Más bien, se puede decir sin ánimo de exagerar, que es solo un elemento escénico más, como el cielo, o el desierto. O un caballo. Suena un disparo y un tipo cae al suelo: así es la visión de la muerte en los westerns clásicos.

Sin embargo, el Nuevo Western sufre un frenesí violento, una sacudida tintada de hemoglobina; a la supervivencia solo se llega a través de la violencia, y si es explícita, tanto mejor. A esta tendencia se le añade otro de los ingredientes propios del nuevo género: el existencialismo. Existe en los personajes de estas películas la conciencia, la certeza, de que la muerte es la única vía de escape ante ese nuevo mundo que viene arrasando su antiguo modo de vida. Sus protagonistas, como los de "Grupo Salvaje", se disponen a una muerte voluntaria, un suicidio premeditado, el cual no es más que la única salida que les queda. La esencia definitiva de una tragedia moderna.
La escena final de "Grupo Salvaje" es el acto de redención de unos anti-héroes desgarrados, casi sin música ni diálogo (“Let’s Go” / “Why Not?”: imposible decir más con menos...). En ella, la violencia y la muerte que les ha acompañado a lo largo de sus vidas se transforma de pecado en absolución. 

Bloody Sam vislumbra la masacre


J.S.

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